Los Farmacéuticos tenemos claro cuales son nuestras limitaciones a la hora de dispensar, sabemos que no somos Médicos ni queremos reemplazarlos (Por Dios! cada uno en su lugar).
Bueno, pues os relato la situación vivida hace pocos días:
Una mujer se encuentra mal, está resfriada, y manda al marido a la Farmacia para que le demos algún antigripal. Después de preguntar los síntomas de la mujer se decide dar X antigripal (no es plan de hacer publicidad), se explica como debe tomarlo y se va.
Bien, pues hace dos días llega una mujer con una receta de un descongestivo nasal, antes de poder decirle siquiera Buenas tardes, empieza a recriminarnos, en voz alta (claro porque si no la escucha el resto de gente pierde emoción el momento), que a su marido le dimos X para ella y que eso no le había hecho nada, que si vamos a dar cosas que no hacen nada que no las dispensemos.
Mi compañera y yo atónitas ante tal acusación no pudimos más que decirle que en vez de haber mandado a su marido a la Farmacia que hubiera ido directamente al Médico.
¿En qué mundo vivimos? En el que encima que ni eres tú el que vas a por consejo a la Farmacia, y eso que como tú nadie va a saber explicar tus síntomas, nos acusas de que damos cosas que no funcionan adrede. ¡Qué indignación!
Alguien debería explicarle a esa mujer que no todo el mundo reacciona de la misma forma a los medicamentos y también debería decirle que la educación es gratis.
Al menos en mi caso, solo dispenso algo que sé que puede beneficiar al paciente, o al menos no puede dañarle, y estoy segura que se puede generalizar a todos los Farmacéuticos. En el caso en el que dude y no esté segura siempre derivo al Médico, pero también hay gente a la que no le sienta bien eso. Hay gente pa'to'!
Por eso siempre: Consulte con su Farmacéutico
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