martes, 10 de septiembre de 2013

Una pistolera en la Farmacia


 Vuelta de las vacaciones y toca retomar el blog que lo tengo abandonadito.

Así que como todavía no tengo grandes historias os contaré como el otro día me sentí como una pistolera del lejano Oeste. Si, solo me faltaban las botas, el sombrero, el caballo atado.... bueno y hasta la pistola, pero lo importante es como me sentí. Y así os cuento como viví la situación.

Me acercaba con paso firme al mostrador, receta en mano izquierda, medicamento en mano derecha, un pie detrás del otro, obviemos el tropezón con la caja del pedido, (¿Por qué siempre me pasan estas cosas, ¿Por qué?) bueno sigamos con el relato, por donde iba... ah!! si, sigo andando hacía al mostrador (serán dos metros, pero yo lo viví a cámara lenta) y por fin
llego al mostrador dejo la receta, dejo el medicamento, y.... (ahora viene el momentazo) desenfundo cúter, rápidamente corto cupón precinto, y con mucha habilidad le coloqué el celo y lo pegué a la receta, (quizá no tanta, porque perdí el inicio del celo y estuve un ratito buscándolo), a continuación metí la cuchilla del cúter dentro y volvió a mi bolsillo, en un movimiento único y limpio. Esta vez no la lié.

Bueno vale, quizá no me puedo comparar con una pistolera auténtica del Oeste, pero ahora cada vez intento ser la más rápida sacando cúter, cortar precinto, pegar en la receta. 

Creo que me entrenaré, tiene que haber algún campeonato de cortar cupones, sin cortarte un dedo, aunque mi dedo gordo esta más que curtido, el pobre siempre se llevaba la peor parte en mis inicios con el cúter.











Y recordad seamos los más lentos o los más rápidos: Consulte con su Farmacéutico.

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