Hoy voy a ponerme un poco seria, sí, porque aunque algunos no lo crean hay leyes que regulan el servicio farmáceutico, en el que se vela por la salud pública, sí, también por la salud de esa persona que nos llega a tratar mal por cumplirlas.
Una de las funciones de las Oficinas de Farmacia es garantizar las condiciones de almacenamiento, conservación y dispensación de los productos sanitarios. Por lo que, en el momento que un medicamento es dispensado, correctamente, y sale de la farmacia es imposible garantizar la integridad del producto. Con lo cual no se puede recibir la devolución de medicamentos, siempre que hayan sido correctamente dispensados.
Todo esto se recoge en la Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios (BOE nº 178, de 27 de julio de 2006)
Seamos sinceros, ¿Usted compraría un medicamento que puede ser que haya estado todo un día en un coche al sol, o en el armario de una cocina, o metido en un cuarto de baño donde ha pasado por cambios de temperatura? Porque yo no. Es más como profesional no me atrevo a arriesgarme a que el producto haya estado en malas condiciones y pueda generar un problema mayor de salud a otras personas.
Por lo que si alguien decide, por su cuenta y voluntad, no utilizar el medicamento, por mucho que no esté abierto el medicamento, ni usado, no se puede devolver. No es que no queramos, es que si queremos dar un servicio de calidad y velar por la salud de toda la comunidad es nuestro deber dispensar productos que podemos confirmar que han seguido una cadena de custodia, que hemos tenido almacenados correctamente y que han estado conservados a temperaturas controladas.
Pero esta claro que cada uno vela por su propio interés, que a usted le duele el dinero que "ha perdido" y yo velo porque el día de mañana no compre un medicamento que ha estado rondando de casa en casa.
Siempre consulte a su Farmacéutico.
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